ROMANCOS QUIERE DEPENDER DE SÍ MISMO
(Diario Pueblo, 7 de Julio de 1975)
- Desean ser independientes sus vecinos.
- Casi dos años pendientes de su porvenir
- Su mayor necesidad: el agua.
Me resulta ya casi familiar la estampa de Marcial de las Heras Paños, alcalde pedáneo de Romancos. Con bastante frecuencia le veo, desde hace ya tiempo, que pasa a tomarse su café antes de ser recibido o después de la visita, y sólo por su semblante sé si viene o va. Es bonachón por naturaleza, respetuoso con lo establecido y peina canas o, mejor dicho, su cabeza está llena de ese blanco grisáceo que los años proporcionan. Siempre me produce un gran respeto, respeto el que se le debe a nuestros mayores. Porque resulta que Marcial de las Heras tiene emprendida una batalla en la que, ganando, nada sacará personalmente en limpio, sino que la lleva a cabo a favor de los demás: sus convecinos.
Este hombre, que llegó a la alcaldía como panacea de los males que se produjeron como consecuencia de la anexión de Romancos a Brihuega, es la cabeza visible de una comisión integrada por cuatro hombres más, que fue constituida por el anterior gobernador civil de la provincia para tratar de paliar los caldeados ánimos de los vecinos. Ha tratado siempre de ser fiel a lo que prometió a la primera autoridad provincial, y , paradojas de la vida, pese a su fidelidad se quedó sólo, no encontró ni el apoyo de quién le embarcó en la empresa.
Las necesidades de su población y los deseos de los vecinos le llevaron a solicitar la segregación de Brihuega y el que se llevara a cabo la obra de abastecimiento de aguas a Romancos. El gobernador civil le prometió ambas cosas: incoar expediente y efectuar el proyecto de obras para que en el mínimo plazo de tiempo posible los vecinos dispusiesen del preciado líquido elemento.
El proyecto se llevó a cabo, se supo el costo del mismo y se pidió a los vecinos que aportaran el 50 por 100 del mismo, cuyo importe se encuentra depositado en la Caja de Ahorros Provincial, pero la subvención prometida con cargo a la Comisión Provincial de Servicios Técnicos no llegó.
Por otro lado, de acuerdo con Brihuega, la primera autoridad y los vecinos, se elevó solicitud de segregación para que se iniciara el expediente. Se presentó en el Gobierno Civil hace ya año y medio, siendo esta la fecha en la que todavía se encuentra en el mencionado Gobierno, tras haber superado dos letargos –uno, estival, y otro, ligeramente más largo, invernal- sin que nadie se haya molestado en darle curso.
TESÓN ADMIRABLE
Me han dicho – me comentaba el día 3 de este mes – que el secretario general del Gobierno piensa informar favorablemente para que ya le den curso de una vez.
Venía, por la cara se lo noté. Había ido al Gobierno a presentar una instancia en la que solicitaba agilidad en los trámites al gobernador civil. Su tesón es admirable, se lo puedo prometer, ya que no es esta la única vez que viene a no hacer más que elevar escritos. Ya le he visto en los mismos trances por lo menos diez o doce veces. Siempre con el mismo tema y, lo que es peor, con los mismos resultados: buenas palabras que jamás llegan a cristalizar en hechos.
Me consta que el compromiso de don Marcial es grande; compromiso con su pueblo, en el que las cosas no le van bien, y es que ya sabemos que cuando uno lucha por conseguir algo sin que se vean los frutos por ningún lado, nadie le cree, y son sus mismos vecinos los que ya se soliviantan no contra quienes debían hacerlo, sino contra él. Su situación es angustiosa, también me consta, por cuanto ya en las tertulias se le critica duramente, aun cuando las cosas no hayan pasado de ahí. Esto me hace pensar si merece la pena aceptar un cargo para servir a los demás.
El hecho, y fuera ya de las idas y venidas de don Marcial, es el de que hay muchas familias –ciento- que tienen la urgente necesidad de tener agua en sus casas, que han aportado lo que se les pidió y que, pese a haber cumplido con lo estipulado, les han tomado el pelo, achacando que, como existe el expediente de segregación, hasta que no se resuelva no se podrá llevar a cabo la obra, y esto después de que el expediente haya estado en un cajón a la espera de que alguien tuviese ganas de ponerlo en marcha.
He oído con cierta frecuencia hablar a algún político de que un mal importante del país es la descolonización del medio rural. Que los hombres del campo huyen de éste a las ciudades dejando el medio sin mano de obra rentable, joven. Y yo, ahora, viendo este caso, que no es el único en nuestra provincia, aunque sea diferente, me pregunto: ¿Qué es lo que estamos haciendo para que no se vayan?. ¿Se puede condenar a las personas a que vivan poco menos que como los animales?¿Les procuramos cubrir las necesidades mínimas para que vivan?
SUFRIDOS Y CALLADOS
Habrá alguien capaz de asegurarnos, dentro de su demagogia calenturienta, que sí, que hacemos todo porque en el campo permanezcan estos hombres que son pilares de la economía de la nación, que les damos todo tipo de facilidades y que si se van es porque entienden que es más cómoda la vida de las ciudades. Sí, puede ser que haya alguien capaz de todavía pretender hacernos creer esto. Yo, desde luego, no me lo creo, y a las pruebas me remito.
Espero que lo que sí de verdad suceda es que nuestros responsables traten de una vez por todas de solucionar el problema de este pueblo. Romancos, ya que son cien familias las que están pendientes de la resolución, precisamente para no tener que abandonar su pueblo.
Por otro lado, está don Marcial de las Heras, este hombre fiel y respetuoso que creo que merece esta satisfacción después de tanta tomadura de pelo, este hombre que me cuenta las cosas y me dice: “No publiques nada, no vaya a ser peor”. Este hombre que, pese a todo, todavía tiene fe en que todo saldrá adelante con prontitud, porque es fiel a los suyos y sus ideales.
Pérez DE ALMENARA
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